En la etapa de desarrollo de la adolescencia se observa una mayor necesidad de acompañar el área emocional, ya que son muchos los cambios a nivel físico, sexual, social, moral y cognitivo.

Stephany Arenas

Psicóloga 1°, 2° y 3°

Es importante tener claro lo que significa la gestión emocional. Esta es la capacidad para identificar y reconocer la propia emoción, entenderla y utilizar estrategias para expresarla de una forma apropiada, efectiva y asertiva.

Juliana Basto

Psicóloga 7° y 8°

5 formas de promover la gestión emocional en sus hijos durante la adolescencia

El rol de los cuidadores incluye muchos aspectos, como enseñar valores, rutinas, gestión emocional, disciplina, entre otros. Sin embargo, es común que para algunos sea más fácil trabajar en un área más que en otra. En la etapa de desarrollo de la adolescencia se observa una mayor necesidad de acompañar el área emocional, ya que son muchos los cambios a nivel físico, sexual, social, moral y cognitivo que impactan la forma en la que los jóvenes se relacionan con ellos mismos y con sus emociones. Es por esto que a continuación encontrarán algunas estrategias para que desde su rol como padres, acompañen a sus hijos e hijas en una mejor gestión emocional.

Para comenzar, es importante tener claro lo que significa la gestión emocional. Esta es la capacidad para identificar y reconocer la propia emoción, entenderla y utilizar estrategias para expresarla de una forma apropiada, efectiva y asertiva. 

En primer lugar, para lograr identificar las emociones se debe tener un conocimiento más amplio sobre los tipos de emociones que existen. Inicialmente se encuentran las emociones básicas que surgen como una respuesta primitiva e instintiva como lo son la alegría, el miedo, el asco, la tristeza y la rabia. Sin embargo, para tener una adecuada gestión de las mismas, especialmente en la adolescencia, el vocabulario emocional se vuelve más vasto cuando se logran reconocer las emociones secundarias.

Las emociones secundarias son emociones más complejas que surgen como una reacción a las primarias; algunos ejemplos de éstas son la vergüenza, la culpa, el orgullo, el amor, la envidia, el remordimiento, entre otras. Es importante recordar que estas emociones están más influenciadas por el contexto social, cultural y personal. 

Cabe resaltar que los jóvenes que cuentan con mayor dominio emocional logran a su vez un mejor rendimiento académico, una mayor capacidad para cuidarse a sí mismos y a los demás y tienen una menor probabilidad de recurrir a conductas de riesgo (Guerrero, 2018). Adicionalmente, la gestión emocional en la adolescencia promueve el adecuado desarrollo de la resiliencia.

A continuación compartimos algunas estrategias para apoyar la gestión emocional de sus hijos e hijas. 

  • Los padres, madres y demás cuidadores de sus hijos/as son sus modelos, por lo cual se recomienda propiciar espacios en casa en los que se hable abiertamente de las emociones. Este ejercicio se puede iniciar hablando desde la emoción propia. Por ejemplo, cuando no estén teniendo un buen día y se sientan tristes o frustrados, bien sea por trabajo o asuntos personales, compártanlo verbalmente, sin necesidad de dar muchos detalles o involucrar al adolescente en problemas de adultos. Esto permitirá que su hijo/a reconozca con mayor facilidad en sí mismo/a dicha emoción. 
  • En estos espacios es vital no juzgar lo que sus hijos/as expresen, y mostrar una actitud de escucha activa, mientras les brindan su total atención, lejos de posibles distractores, como lo puede ser el celular; no los interrumpan ni traten de brindarles soluciones inmediatas.
  • Como padres, deben validar lo que están sintiendo sus hijos/as, incluso si sus acciones no han sido las adecuadas. Por ejemplo, si su hijo/a les cuenta que le pusieron una instancia de reflexión en una situación en la que se sintió muy frustrado/a, como adultos pueden validar dicha emoción sin avalar la falta que cometió. 
  • Brindar distintas formas de responder de manera asertiva a dicha emoción expresada. Por ejemplo, si al llamarle la atención a su hijo/a, éste responde de manera verbal o no verbal, de forma grosera, propóngale tomar un tiempo fuera antes de continuar la conversación, realizar un ejercicio de respiración profunda o tomar un vaso de agua, esto con el fin de lograr una regulación fisiológica que ayudará posteriormente a su regulación emocional.
  • Poner en práctica las estrategias pactadas con sus hijos/as antes de verse enfrentados/as a situaciones que lo requieran. El uso constante de estas contribuye a que se vuelvan un hábito para gestionar sus emociones, incluso en momentos de gran intensidad (Damour, 2023).

Cabe resaltar que acompañar la gestión emocional de sus hijos/as es un proceso y así como habrá momentos en los que se logre de forma adecuada, habrá otros en los que sea más complejo lograr el acompañamiento. Lo más importante es tener en cuenta que el trabajo consistente y constante de la gestión emocional rendirá frutos a largo plazo. 

Lecturas sugeridas

Damour, L. (2023). The emotional lives of teenagers: Raising connected, capable and compassionate adolescents. Atlantic Books.

Guerrero, R. (2018). Educación Emocional y Apego: Pautas prácticas para gestionar las emociones en casa y en el aula. Grupo planeta.

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